Profesorado en Biología

El egresado de esta carrera obtiene el título de  Profesor de Educación Secundaria en Biología.

  Este profesorado pretende brindar una sólida formación para la enseñanza de la Biología, sus fundamentos como campo de saber y las ciencias de las que se nutre, en un entramado coherente que permita la interpretación de los fenómenos, procesos y formas de la vida mediante el avance en la comprensión de las teorías integrales y
basales que los explican. Se trata de profundizar los procesos de alfabetización científica fundados en el conocimiento de la ciencia como construcción social, sobre la base de una sólida formación pedagógica y didáctica actualizada acorde con los requerimientos actuales de la educación secundaria.
   La Biología como ciencia se desprende a través de sus propios avances en el conocimiento de los procesos, su impacto y trascendencia en la vida del hombre y en el ambiente.
   El hombre, la sociedad, las problemáticas sociales y ambientales son confluencias necesarias, habida cuenta de que en la formación sus análisis de impacto cobran un sentido de verdadera necesidad de tratamiento. Con el objetivo de modificar algunas concepciones erróneas acerca de la naturaleza de la ciencia, se resalta la especial atención que se debe tener en la formación docente a aquellas concepciones relacionadas en particular con la enseñanza del “método científico”, las cuales refuerzan una epistemología inductivista, positivista y empirista de la ciencia, siendo que es esta
perspectiva la que se quiere modificar en procura de una imagen de ciencia como actividad profundamente humana.
  Se trata entonces de enseñar una noción de ciencia contemporánea que modifique el determinismo biológico y las visiones previas, para dar paso a la riqueza que emerge de un replanteo para la mejora al servicio del hombre. 
  La concepción respecto de cómo se genera el conocimiento científico cambió y esto ha influido en las decisiones sobre su enseñanza. Es por ello que se han incorporado a los debates de la enseñanza de las ciencias y a los requerimientos de formación docente, los aportes de la filosofía de la ciencia. Es decir, se ha pasado de caracterizar la ciencia por el método y una aplicabilidad universal de éste (empirismo de los siglos XVI y XVII) a una nueva visión de ciencia. Surgen así posiciones que sostienen que las teorías son las que preceden a la observación. Como expresan Jiménez, P. y Sanmartí, N. (1997) “la ciencia se origina en preguntas, en problemas a los que se busca solución; es una actividad cognitiva que trabaja con elementos como hipótesis, principios o teorías sujetas a comprobación o refutación”.
  Las derivaciones de esta postura en el campo de la educación en ciencias implican retomar la importancia de las teorías, fomentar el razonamiento hipotético por confrontación, problematización y argumentación. Reconocer que la observación no es fiable y depende de la teoría; tener una imagen de ciencia relativa y en permanente
cambio, con historia y contexto; relacionar lo conceptual con lo metodológico y admitir variaciones según el problema analizado significa tomar al conocimiento como algo que se construye y reconstruye en la escuela.
 Todo lo argumentado permite construir una imagen de ciencia en permanente revisión, no neutral, con aplicaciones tecnológicas e inserta en una realidad sociocultural, y al mismo tiempo favorecer en la formación una alfabetización científica que capacite para tomar decisiones, analizar información, plantear dudas y detectar posibles engaños. Los docentes de Biología se transforman en importantes mediadores y alfabetizadores científicos. Al enseñar, como toda enseñanza en ciencias, deben tender puentes que conecten los objetos y los hechos familiares o conocidos por sus alumnos con entidades conceptuales o modelos explicativos construidos por la ciencia escolar para favorecer el proceso de alfabetización científica.
  Por ello es importante pensar en los futuros profesores como lectores críticos de artículos y propagandas, consumidores conscientes y protectores de la buena calidad de vida en nuestro planeta y como formadores que favorecen esas actitudes y conductas de vida.